top of page
Doris-50.png
  • insta
  • facebook

"Mi estado, en especial, mi ciudad natal: Tuxtepec y sus bellas mujeres se convirtieron con el paso del tiempo en una de mis más grandes inspiraciones..."

                     Doris Arellano

     Ingresar al mundo de Doris es ingresar a un universo de mundos paralelos, donde nos sumerge en otra realidad, su propia realidad, donde ella se mueve y nos lleva de la mano, despacio, sin prisa, sabiendo que para degustar su obra se requiere despertar los sentidos, como cuando degustamos los buenos vinos.

     No nos deja de admirar en todas y cada una de sus obras ese renovarse que nos trasmite sentimientos y sensaciones que nos envuelve y embelesa, nos arranca un suspiro y no en posos casos nos enchina la piel causando un enamoramiento inmediato, sin darnos cuenta nos anclamos ante la obra que tenemos frente a nosotros.

      Sin dejar nunca a un lado sus orígenes que siempre están presentes en sus pinturas, su sensibilidad es  tal que la vuelve una mujer universal, preocupada por los problemas que afrontan las mujeres en cualquier rincón del mundo, dándoles dignidad y fuerza a través de sus personajes;   los ojos del espectador se pierden dentro del cuadro y  reflejan alegría al contemplar sus mercados y danzas plasmados con esa su mirada tan singular, sus colores otoñales pero a la vez tan vivos logran un efecto tranquilizador y reflexivo.

      Sus personaje parecen flotar en un mundo liquido casi marino, como bailando una danza erótico sensual, pareciera que todo se moviera ante tus ojos, nos cuentan historias que se quedaran en nuestras mentes para siempre. Ver su pintura es vivir una experiencia que no podrás olvidar jamás. 

Doris-16.JPG

"...Me gusta crear, me inspiro de lo que me rodea, no sé describir mi proceso creativo, es como si el color saliera de algún punto en mi alma, una parte de mi esencia y  lo único que yo hago es plasmarlo en el lienzo frente a mi."

Doris Arellano

     Ver las pinturas de Doris es como sumergirse en un mundo líquido en continuo movimiento, como si sus personajes se movieran lento, pero cadenciosos como si bailaran al compás de un vals sincronizando sus movimientos en ese ambiente otoñal cálido recurrente en la mayor parte de su obra.

      Casi omnipresente es su esencia oaxaqueña que nos muestra en cada pincelada, mujeres altivas, casi siempre sin rostro, como pidiendo que cada espectadora se visualice en la pintura y viva la experiencia romántica y nostálgica del personaje pincelado con magistral destreza.

      Doris hipnotiza al espectador y lo esclaviza a sus pinturas, atrapa y juega con los sentimientos te revuelca el alma como si nos revolcara una ola violentamente, pero a la vez nunca queremos salir de ese mundo …

Su mundo.

Mario Garza Elizondo

bottom of page